¿Hay algo nuevo en el Teorema de Coase?

Por Eduardo Blasco, profesor de UFM Madrid. Ronald Coase publicó en 1960 «The Problem of Social Cost», en mi opinión uno de los artículos académicos más importantes de la historia reciente de la economía, por su contribución y su influencia. En este artículo postula su famoso teorema, que dice “si los costes de transacción son…

Por Eduardo Blasco, profesor de UFM Madrid.

Ronald Coase publicó en 1960 «The Problem of Social Cost», en mi opinión uno de los artículos académicos más importantes de la historia reciente de la economía, por su contribución y su influencia. En este artículo postula su famoso teorema, que dice “si los costes de transacción son bajos y los derechos de propiedad están claramente definidos, las negociaciones privadas garantizarán que el equilibrio del mercado será eficiente, incluso cuando existan externalidades.

No son pocos los economistas que interpretan este teorema como si dijese que no importa cómo se realice la asignación de los derechos de propiedad, pues en un mundo de costes de transacción bajos, la asignación se realizará eficientemente, yendo el recurso a quien más lo valore. Si el dueño de una fábrica quiere verter residuos en un río y los vecinos protestan, no importa de quién sea el río, pues mediante las negociaciones sobre si la fábrica puede contaminarlo y cuánto, o sobre si debe permanecer limpio a pesar de los bienes que se dejarán de producir por ello, se llegará a un resultado eficiente.

Cuando los costes de transacción son elevados

Pero esto no nos dice mucho. Si el Teorema de Coase llegaría solo hasta aquí, no sería ninguna novedad, sino la reformulación de una idea existente en la economía desde, al menos, Adam Smith: los recursos suelen ir a donde son más valiosos. Parecería, entonces que no hay nada nuevo en el teorema de Coase. Pero esto no es así. Coase no se detiene aquí y nos dice que, cuando los costes de transacción son elevados —sobre todo los costes de negociación—, la asignación original de los derechos de propiedad sí que es importante para la eficiencia.

Según Coase, no solemos vivir en el mejor de los mundos posibles, sino, en muchas ocasiones, en un mundo donde solo tenemos que contentarnos con la segunda mejor opción. Siguiendo el ejemplo anterior, si los costes de transacción son bajos, el dueño de la fábrica podrá negociar con los vecinos para alcanzar el óptimo social. Sin embargo, cuando esto no sea posible, importará quién tiene el derecho sobre el río. Quizá sea el dueño de la fábrica el que tenga que buscar a los vecinos e iniciar la negociación.

Otra posibilidad es que, si la fábrica ha obtenido el derecho de propiedad sobre este, sean los vecinos quienes se reúnan para decidir cuánto van a pagar a la fábrica para que reduzca contaminación. En este momento para Coase entrarían en juego los economistas, cuyo trabajo debería ser determinar cuál de las distintas opciones sería la más eficiente.

Refinando el modelo de Coase

Estoy de acuerdo con Coase en que, dentro de su modelo, la asignación de los derechos de propiedad cobra importancia cuando los costes de transacción son altos. Añadiría, por un lado, que parte de esto también se debe a que, dependiendo del plazo de una de las partes, además de quién empieza la negociación (sería de esperar que fuese la parte que no tuviera derecho de propiedad sobre el bien, pues la otra seguiría actuando como hasta el momento), puede fijar un precio más cercano al precio pedido o al precio ofrecido, generando así un diferencial en el resultado de la negociación.

Continuando con el ejemplo anterior, supongamos que el río es propiedad de los vecinos y que la negociación la inicia el dueño de la fábrica, quien tiene prisa por contaminar. El precio que ofrecerá el dueño de la fábrica a los vecinos será equivalente al precio pedido, pues necesita comprar el bien —el permiso para contaminar— sin querer negociar. Si son los vecinos los que quieren obtener ciertas rentas y le ofrecen su uso al dueño de la fábrica, y estos buscan obtener rentas sin negociar, aceptarán el precio ofrecido.

Aunque esto debería ser una respuesta empírica, intuyo que el caso más común sea el de aquel que no tiene el derecho iniciando la conversación, por lo que el precio oscilará entre el que sería el precio de equilibrio —en caso de haber costes de negociación bajos— y el precio pedido, por lo que importa saber quién tiene el derecho de propiedad sobre este bien.

Vivir en una economía coesiana

Por otro lado, decir que si viviéramos en una economía coesiana —donde hubiese una libre y frecuente negociación sobre la asignación de ciertos recursos—, veríamos intermediarios que se encargarían de arbitrar allí donde los costes de transacción fueran más altos, para acercar a las partes y brindar su conocimiento experto a la hora de realizar negociaciones. Esto ayudaría a reducir el sesgo que podría generarse si una de las partes simplemente negociara mejor que la otra y lograra obtener un mejor resultado, incluso a costa de la eficiencia—.

Es posible que Coase estuviera en contra de esta posibilidad, pues él era muy crítico de la «economía de la pizarra» (blackboard economics) y creía que, se necesitaba una respuesta, caso por caso, y no una solución universal —como el resultado de la intermediación—. Dicho esto, creo que esta idea surge de observar cómo funcionan los mercados realmente —con arbitraje allí donde se necesita y se puede obtener beneficio al reducir costes de transacción—, por lo que no es una propuesta sacada de la teorización en una pizarra, sino de la observación del funcionamiento de los mercados en el mundo real. Por lo tanto, pensándolo mejor, creo que le gustaría.