
La función empresarial como solución a los altos precios de la electricidad
Por Fernando Vicente Lorente En el último lustro, el sector energético ha experimentado grandes cambios en el precio de la electricidad, un problema que afecta tanto a hogares como empresas. Este contexto no solo pone a prueba la estabilidad económica de las familias y la competitividad de las industrias, sino que también abre una ventana…
En el último lustro, el sector energético ha experimentado grandes cambios en el precio de la electricidad, un problema que afecta tanto a hogares como empresas. Este contexto no solo pone a prueba la estabilidad económica de las familias y la competitividad de las industrias, sino que también abre una ventana de oportunidades para la innovación y el emprendimiento. En tiempos de crisis es cuando se producen las mayores innovaciones, y el sector energético no es una excepción.
El cambio como motor de innovación
La presión de los elevados costos ha impulsado un interés renovado en las energías renovables y en la eficiencia energética. En este campo nos encontramos con empresas que están ofreciendo al mercado grandes cambios que mejoran significativamente la inversión energética.
Ampere Energy comercializa baterías inteligentes que combinan almacenamiento de energía con sistemas avanzados de gestión energética, basados en IA y algoritmos predictivos. Estas baterías no solo permiten almacenar la energía en los momentos de mayor producción, sino que también posibilitan el intercambio de energía dentro de comunidades energéticas.
Otra empresa que destaca por ofrecer una solución que permite un gran ahorro energético es Doinglight, que comercializa tubos solares. Estos captan la luz solar mediante una cúpula, la canalizan a través de un tubo con espejos y, al final, un difusor cumple la función de un panel led, pero sin generar ningún gasto. Esta es una solución ideal para fábricas, colegios, universidades, cuyos mayores consumos de energía se concentran durante las horas de sol y que, en muchos casos, cuentan con una o pocas plantas[TP1] , lo que hace aún más eficiente y rentable la implementación de este tipo de sistemas.
Residuos animales como fuente de energía
Si bien la producción de energía con biogás obtenido de purines porcinos es una tecnología existente desde hace bastante tiempo, hasta ahora requerían grandes plantas de digestión para resultar rentable. Recientemente han surgido empresas que optimizan este proceso hasta el punto de hacerlo rentable en una única granja. EtxeHolz, por ejemplo, ha conseguido que pequeñas explotaciones ganaderas de 500 vacas puedan rentabilizar su inversión en producción energética.
Muchas personas tienen un infundado temor por la contaminación que podría generar una explotación ganadera cercana. Al abaratarse la producción energética, los residuos se transforman en energía que, si se comercializa localmente, por ejemplo, mediante una comunidad de autoconsumo compartido, no solo deja de representar un problema, sino que los propios vecinos se benefician de una energía muy económica.
Tanto se ha optimizado la producción de energía con residuos animales que han surgido empresas como Green Data Chain, que minan bitcóin, utilizando energía generada con purines de cerdos. Todo un ejemplo de función empresarial: convertir los residuos de terceros en dinero sano.
Innovación en la comercialización
La compra de energía en OMIE (el mercado mayorista de electricidad diario e intradiario en la península ibérica) y la comercialización de la energía mediante comercializadoras convencionales es todavía la opción elegida por la mayoría de los consumidores. En ese contexto, la inestabilidad de los precios y el elevado costo de la factura eléctrica ha hecho que varias empresas innoven en sus modelos de negocio, abaratando, reduciendo a cero o, incluso, generando ingresos para sus consumidores.
Veamos tres modelos, de menor a mayor inversión y retorno:
La plataforma Spock agrupa a usuarios para hacer compras colectivas de energía y gas. Un usuario se da de alta en la plataforma y se une a otros usuarios. Esta negocia con compañías generadoras o comercializadoras, a las que aporta una gran cantidad de usuarios a cambio de un buen precio. Una vez acordado el mejor precio, el usuario disfruta de esa tarifa durante un año.
Se trata de un modelo de negocio en el que todos ganan más que actuando individualmente: los usuarios obtienen mejores ofertas, y las empresas, mayor volumen de ventas, ahorrando en la comercialización de sus productos.
Otra plataforma en línea que optimiza el gasto energético es Wott. Una empresa que comercializa participaciones en comunidades de autoconsumo compartido que suministran, en su paquete doméstico, 10 kWh al día (el consumo medio de un hogar español) por 3 650 euros. Al adquirir uno de estos paquetes —siempre y cuando el consumidor no supere los 10 kWh al día—, la factura de electricidad se reduce a cero.
Otro ejemplo de función empresarial al servicio social: el consumidor ahorra alrededor de un 40 % respecto a una instalación individual, evitando además realizar obras en casa, muchas veces imposibles por las características de los edificios. Wott también incorpora un componente social muy importante: por cada diez clientes, entrega un bono energético a una familia con problemas económicos.
Además, ofrece un sistema de incentivos similar al de las Gominolas Goli, que consiguieron vender 4,1 millones de dólares en un mes a través de su tienda de TikTok, gracias a un sistema de afiliación muy generoso. Inspirados en ese éxito, Wott ofrece a creadores de contenido descuentos para su comunidad; reciben el 8 % de las ventas y acceden a una serie de regalos a medida que alcanzan ciertos hitos. Esos regalos incluyen un coche eléctrico, un bitcóin y un piso.
Finalmente, encontramos un modelo de negocio que no es innovador en sí, pero precisamente su éxito está en no haber innovado: el de las cooperativas energéticas impulsadas por la empresa Cooperativas Energéticas.
Cooperativas Energéticas es una consultora que nace en Zaragoza —la misma ciudad donde opera la empresa más antigua de España, Casa Ganaderos— que adopta el modelo cooperativo y descentralizado de esta última. Los más de ocho siglos de existencia de Casa Ganaderos avalan la viabilidad del modelo.
Esta empresa impulsa cooperativas en colegios, pueblos, asociaciones, etc. Agrupan a los cooperativistas, crean una junta gestora, realizan todos los trámites, encargan las instalaciones y entregan la cooperativa en funcionamiento a los cooperativistas. A partir de ese momento, los cooperativistas deciden en asamblea quién llevará la gestión de la cooperativa, si la anterior junta gestora o la nueva que elijan.
La empresa analiza las necesidades energéticas y el entorno de cada comunidad —saltos de agua, granjas, polígonos industriales, entre otros— para optimizar al máximo la inversión de los cooperativistas. Su modelo de negocio se basa en cobrar un 4 % del capital total de la cooperativa por los servicios de gestión. Aunque podría pensarse que eso incentiva a inflar los costos, su capacidad para conseguir precios tan competitivos hace que el número de cooperativistas se dispare.
Un ejemplo claro es su expansión en el Campo de Borja: antes de entregar la cooperativa de la Asociación de Comerciantes de Borja, ya estaban en marcha cooperativas en los dieciocho pueblos de la región.
Algunos de estos proyectos, y otros más, se presentarán en la Universidad Francisco Marroquín durante la jornada organizada por el máster en Economía Medioambiental, en colaboración con la Asociación Liberal de Estudiantes, el viernes 9 de mayo del 2025, a partir de las 16:00 horas, donde se presentarán proyectos ante inversores y potenciales clientes.
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