Gustavo Martínez: «Sell in may and go away: ¿este año se cumplirá?»
Estadísticamente, el verano es el segundo mejor trimestre del año en la historia del S&P 500, con un 65% de subidas. La famosa frase «vende en mayo y vete» -sell in May and go away- hace referencia al consejo de que lo que no hayas conseguido ya en términos de rentabilidad durante los primeros 5…
Estadísticamente, el verano es el segundo mejor trimestre del año en la historia del S&P 500, con un 65% de subidas.
La famosa frase «vende en mayo y vete» -sell in May and go away- hace referencia al consejo de que lo que no hayas conseguido ya en términos de rentabilidad durante los primeros 5 meses del año, estadísticamente es más improbable que lo consigas en los meses venideros.
La popular frase de los mercados financieros tuvo su origen en el distrito financiero de Londres, cuando los banqueros vendían en mayo, escapando del calor del verano, y se marchaban para volver el día de St. Leger Stakes (una famosa carrera de caballos inglesa que se celebra a mediados de septiembre). De hecho, la frase completa es «Sell in May and go away, come back on St. Leger’s Day». Los americanos la han adaptado al Día del Trabajo en septiembre. Pero, ¿debemos vender en mayo y volver en septiembre?
Para mí, hay dos graves errores que subyacen en la popular frase y en particular este año.
Primero, un inversor profesional jamás debería vender porque un activo o cesta de activos haya subido y con eso pretenda asegurar la rentabilidad del año porque eso no está respaldado por ningún fundamento de inversión sólido. Un inversor con criterio debe comprar aquello que está infravalorado por el mercado por alguna razón que considera pasajera y que normalmente puede fundamentar atendiendo a un análisis contable y de estimación de flujos de caja futuros. Si, actualizando esos flujos futuros de caja al presente, que estimas la compañía puede generar, nos da un precio final muy por debajo de la cotización actual del mercado, tendremos suficiente margen de seguridad y potencial rentabilidad para poder comprar aquello que hemos inferido infravalorado. Nuestro criterio de venta final se dará cuando esta ineficiencia detectada entre lo que el mercado te dice que vale y lo que tú consideras que vale, se reduzca. Es decir, cuando alcancemos el precio objetivo de nuestra analizada y fundamentada valoración.
En segundo lugar, un buen inversor jamás debería basar su decisión final en el puro ‘timing’ de mercado, porque de nuevo nos encontramos con una falta de rigor fundamental que nos catalogaría mejor dentro del grupo de jugadores, en lugar del de inversores. El buen inversor mide, no adivina.
Si a pesar de todo, decidimos encasillarnos en el errado grupo del jugador, como mínimo deberíamos observar la estadística de la frase que nos invita a vender en mayo para evitar la volatilidad del verano. Y si hacemos este mínimo estudio, descubriremos que también la estadística nos invita a ignorar la popular frase. A saber, estadísticamente el verano es el segundo mejor trimestre del año en la historia del S&P 500, con un 65% de subidas y una rentabilidad promedio del 3.2%, pero además este año es especial porque es electoral, y la estadística nos dice que el S&P 500 sube el 75% a lo largo de su historia, o lo que es lo mismo, 3 de cada 4 veces nos perderíamos un retorno promedio del 7.3% que es la rentabilidad de los meses de verano cuando hay elecciones americanas.
Por tanto, cambie el ‘sell in May and go away’ por el ‘buy in May and go relax’.
Gustavo Martínez es economista, máster en Bolsa por el IEB, profesor de la Universidad Francisco Marroquín y asesor financiero.
Fuente: https://okdiario.com/opinion/sell-in-may-and-go-away-este-ano-cumplira-12869141/amp
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