
Buenas prácticas para diseñar clases en línea (parte II): comunicación, comunidad y mentalidad de crecimiento
Además del diseño pedagógico y las herramientas digitales, el éxito de una clase en línea depende en gran medida de la calidad de la comunicación, la construcción de comunidad y la actitud del docente frente a los retos del entorno virtual. En esta segunda parte abordamos estrategias para mejorar estos aspectos clave del aprendizaje en línea.
1. Usa las funciones de Zoom para crear comunidad y fomentar la participación
Zoom no es solo una plataforma de videollamadas; bien utilizada, puede convertirse en un espacio de interacción genuina…
- usando raise hand para organizar las intervenciones de los estudiantes;
- animando a los más tímidos a participar con el chat;
- utilizando la pizarra digital para explicar conceptos de forma visual y colaborativa;
- creando grupos en breakout rooms para trabajo colaborativo o discusión de casos;
- aplicando el polling para hacer preguntas en vivo, sin salir de la plataforma;
- compartiendo tu pantalla para mostrar presentaciones, videos o instrucciones.
Estas herramientas fortalecen la conexión entre los estudiantes, aumentan la participación y mejoran el seguimiento de los temas objeto de estudio.
2. Gestiona el tiempo con responsabilidad y cuida el bienestar del grupo
El tiempo en pantalla debe ser productivo, pero también humano. Para lograrlo, puedes favorecer el bienestar del grupo…
- iniciando y finalizando puntualmente cada clase y respetando el horario;
- usando temporizadores para manejar actividades y no sobrecargar el ritmo;
- ofreciendo pausas breves en sesiones largas, para evitar la fatiga;
- incorporando actividades energizantes después de cuarenta minutos, como juegos breves o preguntas ligeras;
- invitando a participar a estudiantes que no se han manifestado durante la sesión;
- reservando unos minutos para ejercicios de estiramiento al inicio, mitad o final de la clase. (Incluso puedes invitar a diferentes estudiantes a liderarlos).
Estas acciones contribuyen a una mejor concentración, reducen la fatiga y fortalecen el vínculo grupal.
3. Mantén una comunicación abierta y clara con los estudiantes
En un entorno virtual, donde no existe la espontaneidad del aula física, la claridad y la constancia en la comunicación son fundamentales. Puedes fortalecerlas…
- programando sesiones individuales breves durante tareas grupales o asincrónicas, para resolver dudas;
- revisando frecuentemente tu correo electrónico y respondiendo pronto;
- compartiendo el programa del curso desde el inicio, por MiU o por correo, para que los estudiantes organicen su tiempo;
- enviando el material de clase antes de cada sesión, para que todos puedan comenzar preparados;
- subiendo instrucciones claras a Google Drive o al correo sobre tareas y trabajos;
- haciendo comentarios sobre entregas, siendo específico y transparente, y enfocándote en el aprendizaje;
- considerando enviar, días antes de cada clase, un correo con las actividades previstas y el material necesario.
Estas prácticas mejoran la organización y reducen la ansiedad e incertidumbre entre los estudiantes.
4. Establece normas y etiquetas claras para la convivencia digital
Un entorno virtual con reglas explícitas favorece la atención, el respeto y la eficiencia. Fomenta una convivencia clara y respetuosa …
- solicitando que los estudiantes mantengan sus cámaras encendidas y explicando su importancia desde el programa del curso;
- usando audífonos para mejorar el audio y reducir ruidos de fondo;
- activando la opción gallery view, para ver a todos los participantes;
- encendiendo tu cámara desde el inicio de la clase: el ejemplo genera reciprocidad;
- silenciando los micrófonos mientras expones o das instrucciones importantes;
- activando los micrófonos al final, para discutir dudas o reflexiones.
Estas pautas ayudan a mantener una atmósfera respetuosa y enfocada en el aprendizaje.
5. Cultiva una mentalidad de crecimiento y mejora continua
El entorno virtual desafía a docentes y estudiantes por igual. Adoptar una actitud abierta y reflexiva es esencial para:
- reconocer que una clase en línea requiere una lógica distinta de la presencial; por tal motivo, planifica en consecuencia;
- explorar nuevas herramientas digitales con curiosidad y apertura;
- ser paciente, ya que todos están aprendiendo en este nuevo contexto;
- mantener la empatía frente a los problemas de conexión o limitaciones tecnológicas;
- transmitir entusiasmo y generar un ambiente cercano con tus estudiantes;
- participar en una conversación continua con colegas, estudiantes y autoridades sobre cómo mejorar el aprendizaje;
- apostar por una educación centrada en el estudiante, orientada a la excelencia académica y al aprendizaje activo.
Conclusión
La enseñanza en línea no es solo una cuestión técnica, sino profundamente humana. Crear comunidad, comunicar con claridad y mantener una actitud de aprendizaje permanente son elementos tan importantes como el contenido o la metodología. Adoptando estas buenas prácticas, construimos aulas virtuales más inclusivas, efectivas y significativas.
UFM Formación Continua
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