Por Eva Nordenstedt, profesora de UFM Madrid.

Los conflictos de origen geopolítico que se están viviendo en el Canal de Suez y el Estrecho de Ormuz, sumados a la crisis estructural del Canal de Panamá, a la que ahora se añade la incertidumbre acerca de los planes de Estados Unidos sobre el canal, han generado una volatilidad del precio de los fletes hasta niveles no vistos desde 2022. En algunas rutas, los incrementos han superado el 23% en solo una semana, y los costos de transporte han llegado a casi $6,000 por contenedor, lo que ha generado preocupación en las cadenas de suministro.

El encarecimento de los fletes marítimos se debe a una combinación de factores recientes como el aumento de los tiempos de tránsito para evitar «puntos calientes» como el Mar Rojo (con los consiguientes retrasos como externalidad negativa adicional), la subida del precio del petróleo, y los cuellos de botella provocados por la ya usual congestión portuaria unida a las huelgas que son endémicas en el sector. Además, en las últimas semanas hemos experimentado el sobreabastecimiento de compañías norteamericanas ante la amenaza de subidas de los aranceles de importación. En pocas palabras: la mayor demanda encarece el flete, el precio del petróleo encarece el flete, el riesgo geopolítico encarece las primas de seguro y el flete, y los días de tránsito adicionales (sea por rutas más largas o por paralización en puerto) también lo encarecen por mayor consumo de combustible, horas/persona y disponibilidad del buque. Todos estos elementos, entrelazados, han creado un entorno desafiante para el comercio internacional, impactando tanto en los costos como en la eficiencia de las cadenas de suministro.

¿Qué determina la cotización de un flete marítimo?

Una cotización marítima es el precio ofertado por una naviera para transportar una unidad de TEU (Twenty-foot Equivalent Unit), es decir, un contenedor estándar de veinte pies. En el comercio marítimo, los contenedores o FCL (Full Container Load) pueden ser de 20 pies (1 TEU) o de 40 pies (2 TEUs). Si no se especifica lo contrario, la cotización suele corresponder a un contenedor de 20 o 40 pies seco (dry van). Existen, además, contenedores especializados como los reefer (para mercancía refrigerada) o los open top, one side y flat rack, utilizados para cargas especiales.

A diferencia de los vuelos comerciales de pasajeros, cuyos precios son fácilmente comparables a través de plataformas en línea, las cotizaciones marítimas no operan en un mercado transparente. Cada cliente debe contactar con las navieras individualmente para obtener una cotización personalizada y válida solo para un período determinado o incluso variable en función de la mercancía (más pesada o de mayor volumen).

Aquí es donde cobra relevancia la figura del transitario o freight forwarder, un intermediario que actúa como una «agencia de viajes» para la mercancía marítima, gestionando la búsqueda de la mejor cotización entre distintas navieras.

¿Es un proceso sencillo?

En absoluto.

Por una parte, el transitario nos dará un servicio door-to-door que incluirá todo el transporte terrestre a y desde puerto, costes portuarios, carga y descarga y gestión aduanera y documental (licencias de importación, packing list, certificados de origen, facturas, seguro de transporte marítimo, etc.). La mayoría de estos servicios los realizará por medio de agentes colaboradores. Además, proporcionará seguimiento y trazabilidad del envío mediante herramientas GPS. En los últimos años, esta capacidad se ha convertido en un aspecto clave dentro de la atención personalizada al cliente, en un esfuerzo de los operadores para diferenciar su servicio de la competencia.

Sin embargo, las navieras también ofrecen servicios de freight forwarding a través de sus propios departamentos, con el objetivo de integrar toda la cadena logística.

¿Transitario o naviera? Ventajas y desventajas

En un mercado donde, pese a los esfuerzos de los proveedores por diferenciarse, los fletes funcionan como una commodity, la eficiencia en costos es clave. El aumento de los fletes hace que nos pensemos mucho qué opción es mejor. Evaluemos algunas ventajas e inconvenientes:

• Variedad de opciones

Transitario (Freight Forwarder) Accede a múltiples navieras, ofreciendo mejores precios y rutas flexibles.

Naviera Sólo ofrece sus propias rutas y tarifas.

• Negociación de precios

Transitario Puede buscar la opción más económica dentro de su red de proveedores.

Naviera Precios más competitivos debido a su volumen de operaciones.

• Servicios adicionales

Transitario Mayor personalización en la gestión documental y logística.

Naviera Servicios más estandarizados.

• Tiempos de respuesta

Transitario Depende de acuerdos con terceros.

Naviera Más control sobre sus propios procesos.

En la práctica, las empresas exportadoras suelen trabajar con un número limitado de proveedores (tanto navieras como transitarios), gestionando cotizaciones en paralelo para mantener los costos dentro de un rango previsible.

¿Es viable un comparador de fletes marítimos?

Sería maravilloso poder acceder a un “Kayak para contenedores”, donde se pudiera comparar tarifas de fletes marítimos en tiempo real y de manera completamente transparente. Aunque existen plataformas como iContainers, Freightos, Globy, Kokargo y otras, que permiten a los usuarios obtener cotizaciones y reservar envíos de manera digital, estas no operan como un comparador universal de todas las navieras. En su mayoría, trabajan con un número limitado de proveedores, con los que tienen acuerdos comerciales, lo que significa que las tarifas disponibles no representan necesariamente el mercado en su totalidad.

Además, muchas de estas plataformas no solo informan, sino que también actúan como intermediarios, gestionando la contratación del servicio y obteniendo un margen de la transacción. Por lo tanto, aunque han mejorado la transparencia y eficiencia en la obtención de fletes, la falta de una plataforma verdaderamente neutral y global sigue siendo una barrera para la completa comparación de precios y servicios en la industria del transporte marítimo.

Por ahora, las empresas deben seguir recurriendo a transitarios y navieras de confianza para obtener las mejores tarifas y optimizar su logística marítima en un entorno cada vez más incierto.